sábado, 27 de febrero de 2016

EL CARACAZO: 27 de Febrero de 1989.

Por Roso Grimau. - Muchos no lograron contarlo, miles se quedaron en el sitio bajo las ráfagas de la policía y los militares; otros tantos fueron eliminados sistemáticamente en los días siguientes por orden de la alta dirigencia política de la cuarta república, aprovechándose de la inmediata declaración de la suspensión de las Garantías Constitucionales y el Toque de Queda.

Aun hoy día no se conoce con exactitud el número de víctimas, varios miles de muertos y decenas de miles de heridos, cientos de desaparecidos, no se ha podido todavía hacer justicia y castigar a los culpables, algunos de ellos como CAP bajo la deshonesta y criminal protección de otras
naciones como los EE.UU.

Ese día Lunes 27 de Febrero de 1989, el pueblo de Guarenas comenzó desde tempranas horas a manifestar su descontento contra el sistema de dominación y explotación del neoliberalismo salvaje, reaccionando contra las medidas económicas que habían sido anunciadas por Carlos Andrés Pérez, al chocarse desde primeras horas de la mañana con aumentos indiscriminados de pasaje en el terminal de autobuses de Guarenas; haciendo suyas las calles, desbordando rápidamente la autoridad policial, y sin contar con ningún tipo de dirección política, de organización ni convocatoria alguna, irrumpiendo violentamente contra el orden burgués establecido y la propiedad privada que lo marginaban incluso de sus mínimos derechos de subsistencia.

La chispa desatada por el Guarenazo, por intermedio de las imágenes transmitidas por todos los canales de televisión asombrados por la violencia espontáneamente desatada, pronto encendió la mecha del polvorín de injusticias acumuladas en el seno de las masas populares, extendiendo rápidamente esa reacción anárquica a Caracas, y poco después a todo el país.

La espontánea explosión social de las muchedumbres no tenía conciencia que toda su violencia se desataba contra el neoliberalismo, el recién naciente ALCA, y las medidas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en síntesis contra el sistema capitalista; la anárquica reacción en cadena de las masas fue incontenible por unos pocos días, sin embargo su acción sin un claro objetivo político por la toma del Poder muy pronto fue aplacada por las fuerzas represivas del Estado burgués, retornando al orden social establecido por el sistema de explotación y dominación capitalista para que todo siguiera igual que antes, exprimiendo cada vez más a la clase trabajadora y vendiendo poco a poco todos los activos nacionales a los capitales norteamericanos.

En esos aciagos días afloraron inconscientemente las contradicciones del capitalismo mostrando su verdadera naturaleza, y las instituciones del Estado burgués defendieron a conciencia el derecho a la “propiedad privada” de los explotadores (propiedad de los medios de producción) por encima del inalienable derecho humano a la vida de todo un pueblo sometido a la pobreza y la ignorancia.

Fue un dantesco crimen masivo, en el río Güaire flotaban cadáveres, la morgue de Bello Monte colapsó, fosas comunes y camiones con urnas por todas partes, los bloques del 23 de Enero eran un colador, dispararon contra el pueblo con armamento pesado y armas de guerra, hubo niños muertos en sus casas por tan solo vivir en zonas humildes.

Vino el toque de queda, y con él los asesinatos y desapariciones programadas, torturas y ajusticiamientos.

En esos hechos podemos ver la importancia de la necesidad de contar con una dirección política de las masas para encausar las luchas populares con un claro objetivo político, el descontento y la violencia deben dirigirse conscientemente para la toma del Poder contra las instituciones burguesas; es por ello que hoy en día luchando contra un enemigo mucho mayor que nos acecha de cerca necesitamos con urgencia constituir una alianza antimperialista de todos los factores revolucionarios.

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